La onza de oro troy, activo refugio por antonomasia, ha por primera vez el umbral de los 4.000 dólares, marcando así nuevos máximos históricos, alentado por la incertidumbre relacionada con el cierre de la Administración de Estados Unidos y los efectos que esta coyuntura pueda tener en los tipos de interés del país norteamericano, además de la tensión geopolítica.