El Banco de España ha estimado que una parte de la caída en la demanda de gas natural de las empresas, ante la escalada de precios vivida el año pasado por la crisis energética por la guerra en Ucrania, podría tener un carácter «estructural» y no retomar a sus valores previos, debido a las mejoras de eficiencia energéticas aplicadas y a la inversión en renovables.