Los responsables de ‘startups’ españolas han constatado que en los últimos años, desde antes de la pandemia, se ha producido un cambio de paradigma en el sector que ha pasado de compañías que crecían rápido y obtenían financiación en forma de rondas por su potencial teórico a un escenario en el que la escalabilidad y la atracción financiera de estas compañías es medida por sus números de rentabilidad y facturación.